En un lugar muy lejano, un gerente de mercadeo vivía muy triste, se la pasaba todo el día en su empresa deseando poder rescatar a su bella Marca, la cuál estaba aprisionada en una torre custodiada por un feroz paradigma, que echaba fuego por la boca. Un día el gerente de mercadeo convocó a los Caballeros Publicistas de todo el reino, y ofreció una increíble recompensa al que fuera capaz de rescatarla de aquella prisión.
El gerente prometió entregar su marca en matrimonio a la agencia que fuera capaz de vencer al feroz paradigma para ponerla en libertad.
Muchos fueron los caballeros publicistas que trataron de rescatarla en vano, algunos intentaban hacerlo con tarifas agresivas, otros con sortilegios en creatividad, otros con medios masivos, pero nada dió resultado. El gerente de marca se estaba desesperando y quedando sin recursos, y cuando ya casi se había dado por vencido, apareció d4 McCann, que combinando estrategia y creatividad venció al paradigma mostrándole su horrible apariencia en el mercado.
Así fue como la felicidad volvió al reino del marketing, y la marca olvidada volvió a brillar. Desde esa vez, el gerente de mercadeo aprendió a ser osado y no temerle a los paradigmas ni a la creatividad ni a la junta directiva, y juró que mientras estuviese acompañado por d4 McCann siempre diría en el mercado, la verdad bien dicha.